30 de septiembre de 2010

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LA IGLESIA VIZCAINA CONSERVA EL APOYO ECONOMICO DE SUS FIELES

No llegan a ser el milagro de los panes y los peces que relata la Biblia, porque no se multiplican, pero los ingresos de la iglesia vizcaína que recibe vía asignación tributaria crecen cada ejercicio. Ligeramente, pero aumentan. Y no precisamente gracias a la intervención divina, sino por la "generosidad" de sus fieles. Teniendo en cuenta que España es un Estado aconfesional, que no laico, que las arcas eclesiásticas se llenen un poco más cada año tiene doble valor. Y triple, en tiempos de crisis.
En términos porcentuales, en 2008, últimos datos de los que se disponen, el 20,37% de los vizcaí­nos marcaron la X en la casilla de la Iglesia católica para destinar el 0,7% del importe de su devolución en la declaración de la renta, cuando en 2006 sólo lo hacían en el 19,94% de los casos. Y en 1999, el 18,17% de los declarantes. Las previsiones que para este año manejan desde el Obispado de Bilbao, son que aumente “levemente” la cifra de declarantes, así como la asignación percibida en un 0,52%.
La evolución de los últimos años en la asignación tributaria ha sido positiva. El dato que conocemos de Bizkaia es que la campaña de 2009 (renta 2008) ha habido un incremento del 0,52% en las aportaciones a favor de la Iglesia, así como en el número de contribuyentes, que representan el 30,56% del total de declarantes.
Eso sí, comparados estos porcentajes con la evolución en los últimos años del capítulo destinado a fines sociales, la progresión no es tan significativa. Así, en 2006, del total de declaraciones negativas, el 29,45% prefirió que su dinero fuera para organizaciones sin ánimo de lucro. Y en 2008, el 37,34%, 17 puntos por encima que los que eligieron la Iglesia. Esto quiere decir, que aunque el número de contribuyentes que se decanta por la curia no disminuye, cada campaña representan menos en el cómputo global. Obviamente, porque son más.
Pero la institución eclesiástica se rige por el principio de “solidaridad” y “es una sola”. Es decir, que la asignación tributaria de cada provincia española va a parar al llamado Fondo Común Interdiocesano, una suerte de hucha conjunta. La Conferencia Episcopal, en función de una serie de características orográficas (extensión del territorio, número de habitantes...) y de cada diócesis (número de parroquias, sacerdotes, seminarios...) dispone lo que entrega a cada una. Esto es, que, por ejemplo, en 2008, Bizkaia aportó al fondo algo más de nueve millones de euros, pero en el "reparto" sólo se llevó, dos millones de euros, concretamente 1.975.692 euros. “Bizkaia, de siempre, ingresa en el Fondo Común Interdiocesano más de de lo que recibe porque el tamaño del territorio y la magnitud de la diócesis juegan en su contra. A Barcelona, Madrid y Valencia, les sucede lo mismo, pero también son mayores”, explica Ziarrusta.
Este 2010, José María Ziarrusta, gerente del Obispado, calcula que "morderán" de la tarta 2,8 millones de euros. Esta mayor "dentellada", se explica porque desde 2007 el porcentaje de asignación pasó del 0,5% al 07%.
Otra forma en que las administraciones públicas favorecen a entidades sin ánimo de lucro, entre las que se encuentra la Iglesia, es mediante desgravaciones fiscales. La política varía según los países y las comunidades. En España, los donativos a la Iglesia católica desgravan con el 25% y en Bizkaia, el 30%. “No es una excepción. En países considerados muy laicos como Francia, la deducción llega al 66%, con un límite del 20% de la base imponible”, recuerda Ziarrusta.